La ciudad.
Cuatro
millones de almas apiñadas, arracimadas, en torno a bloques de hormigón armado.
Cuatro millones de almas pululando por sus calles, transitando por sus
avenidas, almas que porfian, almas que negocian,
almas que rien o se emocionan, que se quieren o se matan. Cuatro millones de
almas luchando por sobrevivir en la babilonia contemporánea. Sobrevivir!
Porque la vraie vie est absente, como decía
Rimbaud. La verdadera vida está ausente.